
Las orejas son causa de importantes complejos, especialmente en niños y jóvenes, aunque también en adultos. Las alteraciones más comunes son las orejas separadas o prominentes, también llamadas en abano o de soplillo y la macrotia, es decir, orejas muy grandes.

Para el niño, este tipo de defecto provoca escarnio y burla por parte de los otros niños; entre los adultos, frecuentemente nos encontramos con individuos que aún esconden, se avergüenzan o sienten limitaciones por sus orejas.
Si alguien te dice que tienes unas orejas muy bonitas te está manifestando que su visión le resulta agradable. Esta emoción nos la producen las orejas cuyas dimensiones y posición están en armonía entre sí y con el conjunto de la cara.
También guardan relación, como podemos ver en la imagen, con la proporción áurea o divina proporción.

Antes de entrar en su estudio conviene repasar su anatomía. La oreja puede dividirse en 3 tercios: superior, medio e inferior; cada una de sus partes recibe un nombre y sus alteraciones pueden afectar a su tamaño, forma o posición.
La concha es la concavidad central; el hélix, el reborde superior; el antihélix se corresponde con la doblez del cartílago que se encuentra entre la concha y el hélix; la escafa, la concavidad entre el hélix y el antihélix; la cola del antihélix es la prolongación inferior de este; y el lóbulo, la parte inferior de la oreja.
Las orejas separadas, de carácter genético, son una alteración del desarrollo armónico de las curvas que moldean el pabellón auricular. Suelen operarse entre los 7 y 9 años, cuando el crecimiento de las mismas se ha completado, si bien, no es infrecuente intervenir a otras edades. Su corrección es muy sencilla y consiste en obtener la curvatura que les falta a través de una incisión en la parte posterior y el adecuado tratamiento de los cartílagos.
Las orejas grandes o macrotia presentan unas proporciones anatómicas que exceden las dimensiones normales. El tamaño de la oreja suele ser equivalente a la longitud de la nariz. Podemos considerar que una oreja es demasiado grande cuando su eje es superior a 7 cm. Puede ser uni o bilateral, ser esta su única alteración o sumarse a una oreja en abano o separada; y su origen puede ser congénito o senil, pues, como todos sabemos, este crecimiento acompaña al envejecimiento.
La reducción del tamaño de la oreja no es una solicitud frecuente pero puede estar indicada en caso de macrotia y asimetrías, tanto del tamaño del pabellón auricular como del lóbulo. El tamaño exagerado puede estar acompañado de la otra alteración, la separación del pabellón auricular u orejas separadas.
El objetivo de esta presentación es mostrar nuestra técnica, sencilla y segura, de otoplastia de reducción. Su tratamiento exige el conocimiento de la compleja anatomía de la oreja y, especialmente, de su vascularización.

Inicialmente, la reducción se realizaba en el tercio superior dejando cicatrices en el borde del antihélix, mientras que hoy día la llevamos a cabo mediante la resección de una tira condrocutánea (piel y cartílago) en la escafa, con rotación inferior del colgajo condrocutáneo del hélix y resección de una cuña del lóbulo; una cicatriz queda oculta entre el hélix y antihélix y otra justo encima del lóbulo. En este mismo acto podemos disminuir el tamaño del lóbulo, recrear la curvatura del antihélix y disminuir el exceso de la concha para corregir las orejas separadas.

Cuando el exceso solo se centra en el lóbulo procederemos a su reducción. El lóbulo hipertrófico es raro en jóvenes pero muy frecuente en personas de edad en cuyo caso recibe el nombre de lóbulo senil. Existe una gran variedad de tipos de lóbulo que tiene en cuenta tanto el tamaño como su forma de inserción en la cara.

Siendo la reducción más frecuente la del lóbulo, vamos a comenzar con el estudio de las técnicas para disminuir su tamaño. Estas se pueden clasificar en tres tipos: la resección directa del borde, la resección en cuña y los colgajos o plastias con base superior o inferior.

Para finalizar podemos decir que toda otoplastia requiere de una técnica delicada y un cierto sentido artístico. La reducción del tamaño de la oreja mediante la técnica propuesta es una operación segura y fácilmente reproducible que, por seguridad, puede necesitar de varios tiempos quirúrgicos para no alterar la circulación sanguínea, tanto del colgajo pericondrio-cutáneo como del lóbulo.