“Quien trabaja con las manos es un obrero
Quien trabaja con las manos y la cabeza, un artesano
Quien trabaja con las manos, la cabeza y el corazón, ese es un artista.”
En la Cirugía Plástica, Estética y Reparadora, tanto los profesionales independientes, en sus consultas o clínicas privadas o corporativas, como los servicios intrahospitalarios, pueden ofrecer un mismo tratamiento o cirugía a precios completamente diferentes. ¿A qué se debe esto? ¿De qué depende esta variación?
Empecemos planteando la pregunta que se hacen muchos pacientes: “¿por qué hay que pagar por una consulta con este doctor si con aquel otro es gratuita?” La respuesta es sencilla: porque le está dedicando un tiempo, una formación y una experiencia a cada paciente, sabiendo que el tiempo, la formación y la experiencia de todo profesional tiene un precio.
Además, el cirujano cualificado le va a dar información, criterios y razonamientos, y le aclarará dudas. Le hará una Historia Clínica para saber cuáles son sus necesidades, cómo le afecta a nivel físico, emocional, íntimo, psicológico y relacional el problema que desea solucionar y cuál es su estado de salud. Valorará mediante la Exploración las características de la alteración. Y, finalmente, hará un Diagnóstico Personalizado y una propuesta de los tratamientos posibles. Lo mismo ocurre cuando se consulta a un buen abogado, o a un arquitecto a quien se solicita los planos de una casa.
El valor de la actividad de un profesional médico tiene que ver, en definitiva, con el grado de seguridad que nos ofrece para obtener un resultado que nunca puede ser garantizado; esta es la realidad de la Medicina y, en especial, de la Cirugía.
En nuestro caso, la capacitación como profesional exige poseer el Título Oficial de Especialista en Cirugía Plástica, Reparadora y Estética y se fundamentada en el conocimiento y la experiencia, en la idoneidad.

“Milagros de los santos médicos Cosme y Damián”, (detalle); 1510. Fernando del Rincón. Museo del Prado. Cirugía de reposición de una pierna gangrenada tomando una sana de un difunto etíope, y la extracción de una serpiente de la boca de un segador.
El conocimiento estará basado en la formación y experiencia acumulada en las diferentes etapas: prueba de acceso a la Universidad, Licenciatura en Medicina (6 años), examen MIR para acceder a la Especialidad, Residencia Hospitalaria en un Servicio de Cirugía Plástica (5años), y, en muchas ocasiones, Doctorado (2 o más años); Docencia, Publicaciones, Cursos, Congresos, actualización de conocimientos e incorporación de nuevas técnicas… Además, hay que tener en cuenta dónde se ha realizado la formación en la especialidad, puesto que es un claro diferenciador del nivel de capacitación del profesional.
La experiencia la proporciona los años de trayectoria profesional del cirujano y del número y características de los pacientes intervenidos. Cuanto mayor sea la experiencia quirúrgica, mayor será la perfección de su ejecución, la seguridad en los procedimientos, la posibilidad de obtener los resultados deseados y de alcanzar la satisfacción del paciente.
Como es lógico, esto conlleva mucho tiempo de formación, trabajo, esfuerzo y dedicación que suma valor y coste en el presupuesto de la cirugía.
También debemos tener en cuenta la Personalidad y Carácter del profesional, su capacidad de empatizar, su sensibilidad, su perfeccionismo; la atención y cuidados al paciente en el postoperatorio inmediato y en el seguimiento a largo plazo de cada proceso, con revisiones periódicas y la posible necesidad de solucionar complicaciones o de realizar reintervenciones para mejorar un resultado.
Estos gastos son diferentes para cada paciente según sus necesidades.

“Aquiles curando a Patroclo” (escena de la Ilíada), atribuido al pintor Sosias. S. V a.C. Museo Staatliche. Berlín.
Por tanto, para calcular los costes de una intervención (Presupuesto) hay que sumar a los honorarios del Cirujan@, los del equipo: cirujanos ayudantes, anestesistas, médicos, enfermería, auxiliares, secretarias, recepcionistas; el coste de las instalaciones del Consultorio y del Hospital o Clínica donde opera; el tipo de Productos que utiliza (prótesis, ácido hialurónico…) así como equipamientos específicos para las diferentes operaciones (rinoplastia ultrasónica, láser, CO2 fraccionado, lifting endoscópico, ecógrafo…).
Finalmente, a todos los costes de una cirugía que hemos mencionado, en nuestro país y en este momento, hemos de sumar el IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido), que Hacienda carga sobre el consumo y la prestación de servicios empresariales o profesionales.
Es importante saber que, “…estarán exentos del Impuesto sobre el Valor Añadido los servicios de asistencia médica, quirúrgica y sanitaria, relativa al diagnóstico, prevención y tratamiento de enfermedades, prestados por profesionales médicos o sanitarios…”; es decir, los tratamientos e intervenciones de la cirugía plástica y reparadora (no estética) están exentos del 21% de IVA.
Solo en la cirugía estética asciende al 21%, pues se considera la cirugía estética como aquella que no está justificada en términos de salud.
El otro IVA, el Invisible Valor Añadido, es el que aporta la Idoneidad del Cirujan@, valor que debe buscar un paciente exigente, y que sí puede trasladarse al precio de la cirugía plástica, estética y reparadora, en sus honorarios médicos como especialista.
La Sensibilidad por la Belleza es una cualidad imprescindible en el cirujano plástico, que debe poseer vocación y experiencia artística en paralelo a la quirúrgica, con una mirada y apreciación estética adecuadas, que le permitan dar forma a los tejidos que maneja, de manera sana, bella y perdurable. El mencionado paciente exigente, también buscará esta cualidad en su cirujano plástico.
(El Dr. Arquero compaginó sus estudios de medicina y cirugía plástica con una formación artística centrada en la fotografía, pintura, modelado y escultura en barro, piedra, madera, metal y talla en azabache, algunas de cuyas técnicas no ha dejado de practicar).

“Frankenstein”
En algunos países de América – en España todavía no-, en las Escuelas de Cirugía Plástica, en las que también se aprende Cirugía Estética, el precio de estas últimas operaciones es muy bajo porque son los alumnos quienes operan y todavía están aprendiendo.
Esto conlleva importantes riesgos que debe asumir el paciente. Algo similar ocurre con profesionales poco cualificados o en las clínicas llamadas “low cost”, en franquicias, fondos de inversión, aseguradoras…