Después de los excesos navideños son muchas las personas que deciden someterse a una lipoescultura para eliminar la grasa acumulada en zonas como el abdomen, los glúteos o los muslos. Esta técnica, que se encuentra entre las más demandadas por nuestros pacientes, permite afinar el contorno del cuerpo y conseguir una figura más esbelta, proporcionada y armónica. Si estás pensando en realizarte esta intervención, en este post te contamos todo lo que tienes que saber sobre esta técnica y en qué difiere de la liposucción tradicional.
Inventada en 1974 por el cirujano italiano Giorgio Fisher, la liposucción es una de las intervenciones estéticas más practicadas en el ámbito de la cirugía estética. Fue perfeccionada por expertos como los franceses Gerard Ives Illouz y Pierre Fournier, y supuso una revolución por permitir eliminar directamente la grasa del cuerpo humano mediante la aspiración.
¿EN QUÉ CONSISTE LA INTERVENCIÓN?
La liposucción básica consiste en extraer el tejido adiposo, mediante pequeñas incisiones en la piel, a través de una cánula de punta roma conectada a una máquina de succión. Esta lipoaspiración puede realizarse prácticamente en cualquier parte del cuerpo (cara, piernas, brazos…) y llevarse a cabo de forma independiente o como complemento de otras cirugías.
Mientras que el objetivo de la liposucción es eliminar los depósitos de grasa que se acumulan en el cuerpo y no responden a la dieta o al ejercicio, la lipoescultura se centra, además, en moldear la figura para darle a la silueta un aspecto atractivo, homogéneo y acorde con el cánon estético de la proporción.
La lipoescultura es, por tanto, una intervención mucho más compleja ya que requiere combinar conocimientos específicos sobre anatomía y morfología corporal con sensibilidad artística. Como su nombre indica, este refinamiento técnico requiere que el cirujano sea, a su vez, un escultor capaz de cincelar el contorno corporal de su paciente hasta modelar la figura deseada.
Además, este procedimiento aporta mejoras técnicas como cánulas más finas, el uso de jeringas (en lugar de un potente motor para obtener el vacío), y la aplicación de una solución anestésica tumescente que reduce el sangrado y ayuda a disolver la grasa para separarla de la piel.
¿ES RECOMENDABLE EN CASO DE SOBREPESO?
Aunque tiempo atrás no se indicaba esta cirugía en personas con sobrepeso y obesidad, hoy en día se practica con frecuencia ya que presenta muchos beneficios para este tipo de pacientes. Algunos de ellos son la motivación y optimismo que produce la mejora del aspecto físico, y el cambio metabólico que origina la disminución de la proporción de grasa en el organismo.
Eso sí, la lipoescultura, no elimina la tendencia a engordar por lo que para mantener los resultados de la intervención y la pérdida de peso será necesario respetar una alimentación sana y equilibrada a lo largo del tiempo.
DESPUÉS DE LA OPERACIÓN
El tiempo de recuperación variará en función de cada persona. Factores como la retención de líquidos, la inflamación y el tamaño de la zona en la que se realice la lipoescultura podrán retrasar la aparición de la nueva figura.
El vendaje se retirará al día siguiente de la cirugía mientras que las suturas se mantendrán hasta el séptimo día.
Durante las primeras semanas, el Dr. Arquero y su equipo recomiendan el uso constante, de día y de noche, de una faja especial o de medias de compresión modereda que solo se quitará durante pequeños espacios de tiempo para aliviar la sensación de presión. Es importantísmo que no se formen pliegues puesto que pueden provocar fibrosis de muy difícil resolución.
El resultado definitivo podrá ser valorado a partir de los seis meses.
Si quieres seguir profundizando sobre este procedimiento puedes solicitar una consulta con el Dr. Arquero en su Clínica o informarte sobre la materia en otros enlaces: