El pecho femenino, símbolo de sensualidad y atractivo sexual, se desarrolla en la pubertad. Su tamaño, forma y consistencia depende de varios factores: genéticos, hormonales, la edad, alimentación, actividad física…
El tejido glandular y el graso constituyen su volumen; la proporción de cada uno de los tejidos conforman su consistencia (más firmes cuanto más glándula); el envoltorio fibroso o fascia y la piel, su sostén natural, definen su forma.
Hipertrofia mamaria
En el desarrollo y evolución del pecho pueden producirse alteraciones por aumento de volumen (Hipertrofia Mamaria), causadas por los estímulos hormonales de la menstruación, del embarazo y lactancia, por tratamiento médico o por obesidad.
Este volumen excesivo puede aparecer como síntoma aislado (en pacientes jóvenes: hipertrofia virginal), o acompañado de la caída del pecho (hipertrofia con ptosis). En general se debe a un desarrollo exagerado de la glándula mamaria o del tejido adiposo, con frecuencia acompañado de alteraciones benignas de los tejidos (displasia mamaria), cambios en la sensibilidad o incapacidad de lactación.
Para diagnosticar unas mamas con hipertrofia debemos tener en cuenta, sobre todo, el biotipo de la mujer: peso, altura, anchura del tórax y estructura osteomuscular, y considerar el modelo ideal predominante en cada cultura.
Las hipertrofias leves se corresponden con aumentos subjetivos mientras que las moderadas y graves (gigantomastia) presentan síntomas en mayor o menor grado, que conllevan problemas muy limitantes:
- fisiológicos (dolores de espalda, posturas incorrectas, respiración inadecuada, estrías, alteraciones cutáneas a nivel del surco submamario…), o
- psicológicos y emocionales (baja autoestima, vergüenza, inactividad en la vida cotidiana, en las relaciones de pareja o en su vida social).
Morfología de la mama
Biológicamente, la mama es una glándula sudorípara modificada que se origina en la profundidad de la piel, se desarrolla a partir de la pubertad y su función primordial es la alimentación de las crías.
En su desarrollo se producirán cambios en su interior: los acinos glandulares (productores de una secreción característica: la leche) se reúnen formando lóbulos que, a través de los conductos galactóforos, se comunican con el exterior a través del pezón.
Operación de reducción de pecho o mamoplastia de reducción
Preparación de la cirugía
Antes de planificar la operación realizamos la historia clínica, valoramoslas expectativas de cada paciente y aclaramos todas sus dudas. Para descartar cualquier tipo de patología previa llevamos a cabo un exhaustivo estudio de la glándula mamaria (ecografía, mamografía o resonancia magnética, según los casos); se solicitan los análisis y pruebas preoperatorias y tomamos las fotografías necesarias.
Es muy importante informar a la paciente de que el resultado inmediato (pezones mirando hacia abajo, la parte superior del pecho muy llena y la inferior plana), irá modificándose durante los seis primeros meses hasta alcanzar su posición correcta. Además, la cirugía dejará cicatrices, la mayoría de las veces inapreciables a partir del año y medio.
Intervención quirúrgica
Tras siglos de investigación, la Cirugía Plástica dispone de técnicas que permiten realizar la reducción mamaria con seguridad y excelentes resultados. La paciente conseguirá disminuir el peso de sus mamas, reducir el tamaño de las areolas y disfrutar de unos senos en armonía con su constitución,de menor tamaño y más firmes.
En la evolución de las técnicas quirúrgicas de reducción mamaria siguen destacando nombres de cirujanos como Biesenberger (1928), Strombeck (1960), Pitanguy (1961)…, que idearon cirugías que disminuían al máximo las complicaciones.
La operación consiste en la resección o retirada del exceso de piel y glándula; se modela el nuevo volumen con la forma deseada, se adapta el tamaño de las areolas al de la mama y se sitúa cada una en su emplazamiento correcto. El resultado depende de las características de las mamas con las limitaciones impuestas por el tipo de piel, de glándula y el tamaño de ésta.
Dura alrededor de 4 horas (dependiendo de cada caso), y exige hospitalización de 24 horas. Revisada la cura y, si no surgen problemas, al día siguiente la paciente puede desplazarse a su casa con un leve apósito de esparadrapo antialérgico y el sujetador apropiado para el período de postoperatorio.
Es natural e inevitable que esta intervención deje cicatrices. Procuramos hacerlas lo más pequeñas e imperceptibles posible, en lugares estratégicos y utilizando técnicas apropiadas y estéticas. Puede variar su disposición y forma, aunque lo habitual es una cicatriz alrededor de la areola, que desciende de manera vertical, para continuar a nivel del pliegue submamario en forma de T invertida. Cuanto mayor es el tamaño y la caída de la mama, mayor será la línea horizontal de la cicatriz, aunque siempre procuramos que quede oculta en el surco submamario.
Para una mejor cicatrización se recomienda dejar de fumar varias semanas antes y después de la cirugía: la piel estará más oxigenada y libre de toxinas.
Complicaciones de la cirugía de reducción de mama
En pacientes obesas y en las grandes hipertrofias aumenta el riesgo de lipolisis o necrosis grasa debido a la delicadeza del tejido. Pueden aparecer pequeñas alteraciones de la cicatriz por rechazo de los puntos internos de sutura, que se corrigen sin dificultad. La formación de queloide es rara, aunque posible. La pérdida parcial o total de la areola y pezón, así como las infecciones, son excepcionales.
La función de lactancia a futuros hijos queda intacta cuando los senos no son excesivamente grandes y no necesitan de maniobras especiales para la ascensión del complejo areola-pezón, aunque puede quedar afectada en las grandes hipertrofias.
Conclusiones
La paciente consigue gran satisfacción con los resultados: recupera autoestima con su nueva imagen, alivia los problemas fisiológicos, psicológicos y emocionales, aligera un sobrepeso indeseado y se plantea una nueva línea de cuidados para su cuerpo, con el asesoramiento médico del cirujano plástico y su equipo de especialistas.