Poseer unos senos firmes y hermosos es uno de los atributos más anhelados en la búsqueda de la belleza femenina. Esta parte del cuerpo ha sido, a lo largo de los tiempos, arquetipo de belleza, fetiche de sensualidad, objeto de deseo y símbolo de fertilidad. De ahí, la importancia de que cada mujer se sienta a gusto con sus pechos y la necesidad de muchas de ellas de someterse a una cirugía de aumento que les proporcione un busto de su agrado.
Según la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica y Estética (ISAPS), la mamoplastia de aumento es una de las intervenciones estéticas más demandadas por las mujeres de todo el mundo. A pesar de su popularidad, existen muchos mitos y falsas creencias sobre esta cirugía. Muchas de ellas nacen de las llamadas fake news o noticias falsas publicadas en Internet, mientras que otras son producto del boca a boca difundido por opiniones no profesionales.

Desde la Clínica Dr. Arquero te invitamos a enviarnos una consulta online si deseas informarte mejor sobre la mamoplastia de aumento. A continuación desmontaremos contigo algunas de las “leyendas urbanas” más frecuentes en lo que a los implantes mamarios se refiere:
Es muy raro que el cuerpo rechace los implantes mamarios. Las prótesis actuales utilizan una silicona altamente depurada que difícilmente puede ocasionar reacciones inmunológicas de rechazo. Frente al implante, el organismo siempre produce a su alrededor una cápsula aislante similar a una cicatriz. Esta cápsula puede ser fina, normal, gruesa o extremadamente gruesa. En estos últimos casos, la cápsula puede comprimir el implante y provocar lo que se denomina contractura capsular que provocará a quien la sufra una sensación de dureza, tensión o incluso dolor y con frecuencia algún tipo de deformidad del pecho. Además, puede afectar a uno o a los dos pechos.
Depende de cómo cicatrice cada paciente, de la posición de las incisiones y, como no, del cuidado y precisión del cirujano. La colocación de los implantes se realiza a través de incisiones realizadas en zonas estratégicas para que sean menos evidentes, como el surco submamario, la areola o la axila. Cada una tiene sus ventajas e inconvenientes y la elección se hará dependiendo del cirujano, de la paciente y de las características de cada caso. Cuando las mamas son pequeñas (hipotrofia) y además sobra piel (ptosis), además de colocar los implantes, será necesario resecar el exceso cutáneo por lo que las cicatrices serán más importantes.
Las prótesis no se notarán si el tamaño, la posición y la respuesta del cuerpo son adecuados. Para que sean menos evidentes, nosotros preferimos colocar las prótesis debajo del músculo en pacientes delgadas, mientras que en otras ocasiones también lo podemos hacer debajo de la fascia que cubre al músculo pectoral. Debajo de la glándula, tienen más posibilidades de que la cápsula redondee el pecho y sea más fácil percibir la prótesis. La forma de las prótesis también es importante. Las anatómicas mantienen siempre su forma, pero tienen el inconveniente de que pueden rotarse y deformar el pecho, mientras que las redondas de consistencia blanda, cuando la paciente se pone de pie, se hincharán naturalmente en su parte inferior y no correrán ese riesgo. Es también importante considerar la existencia de exceso de piel, en cuyo caso habrá que adaptar esta al volumen adecuado y resecar en caso de exceso cutáneo, aunque para ello haya que dejar cicatrices. No es de buen criterio la máxima de cuanto más caída mayor prótesis.
Una vez más, el resultado variará en función de la pericia y experiencia del médico que realice la intervención y de que este recomiende a cada persona el implante proporcionado a la anatomía y características de su cuerpo.
Falso. La intervención se realiza bajo anestesia local y sedación o bajo anestesia general, por lo que la paciente no sentirá molestia alguna durante la operación. Cuando las prótesis se colocan debajo del músculo, la paciente sentirá molestias, algo así como unas agujetas fuertes, pero los analgésicos que disponemos en la actualidad evitarán que sufra dolor. Solo será necesario tomar la medicación y seguir los cuidados específicos prescritos por el equipo médico.
Falso. Después de la intervención, es posible experimentar falta de sensibilidad (hipoestesia) o hipersensibilidad (hiperestesia) en la mama. Se trata de una reacción natural de los nervios sensitivos al implante, pero es temporal y desaparecerá al cabo de pocas semanas.
Falso. No existe ninguna evidencia científica de que las prótesis mamarias aumenten las probabilidades de desarrollar ningún tipo de tumor o cáncer. Algunos médicos incluso sostienen que un pecho con implante es más fácil de palpar y que, por ello, es más sencillo detectar en él posibles nódulos. Sin embargo, a la hora de realizar revisiones, es recomendable optar por la ecografía o la resonancia magnética en lugar de la mamografía, ya que la presión que esta ejerce podría dañar el implante.
Verdadero. No existe ninguna contraindicación al respecto ya que el implante se encuentra envuelto en la cápsula sin afectar a los conductos galactóforos que llevan la leche al pezón. Tu bebé podrá disfrutar de la lactancia materna ya que, en ningún caso, la silicona podrá llegar a la leche materna.
Con las prótesis actuales, solo se recomienda cambiar las prótesis cuando se rompen. Antes, cuando eran de aceite de silicona, se aconsejaba cambiarlas preventivamente mientras estaban íntegras, porque una vez rotas, el contenido se esparcía, su retirada era muy difícil y siempre quedaba algo de silicona impregnando la cápsula. Hoy en día, al ser de gel cohesivo de silicona, esto no es necesario. Eso sí, una vez realizada la intervención, la paciente deberá someterse a una ecografía anual y a una revisión por su cirujano para revisar el estado del implante y controlar posibles cambios.
Falso. Una de las leyendas urbanas más extendidas, en gran parte, por la prensa rosa. Aunque es cierto que en los medios de transporte aéreo o acuático se producen cambios de presión, estos no son lo bastante acusados como para hacer explotar un implante mamario. Lo que sí debes hacer es esperar quince días desde la operación para viajar por mar o aire.
Verdadero. Los expertos de la Clínica Dr. Arquero recomiendan esperar de 3 a 4 semanas y retomar la actividad física progresivamente y con precaución. No obstante, el equipo analizará cada caso para ofrecer a cada paciente el tratamiento postoperatorio y recomendaciones adecuadas para su persona.
Otro rumor infundado. Solo deberás tomar esta precaución hasta que desaparezca la inflamación característica de los primeros días después de la intervención, aunque nosotros no lo recomendamos en pacientes portadoras de prótesis anatómicas ni en aquellas que tengan los tejidos muy laxos.
Si deseas informarte mejor sobre la operación de aumento de pecho o mamoplastia de aumento, te invitamos a visitar nuestra página web y enviarnos una consulta online. En la Clínica Dr. Arquero, estaremos encantados de atenderte y despejar todas tus dudas sobre esta intervención estética tan demandada por las mujeres de todo el mundo.