Criatura social, el ser humano necesita comunicarse, necesita la mirada comprensiva y confirmadora del otro para existir.
Desde este año 2020 que hemos despedido, buscamos y valoramos en la mirada de los demás la información que antes encontrábamos en su sonrisa. Las mascarillas nos obligan a transmitir la veracidad de nuestras emociones y sentimientos con nuestros ojos, donde ahora todos enfocamos nuestras miradas en busca de la belleza de los demás.
El ojo humano, un auténtico radar, detecta al instante lo atractivo, lo saludable, o lo desagradable y peligroso… en los ojos de los demás
Por esta razón, en la vida cotidiana de todos los pueblos y épocas, con independencia de su clase social o cultura, el ser humano, consciente del poder de la mirada para informar y seducir, ha tenido y sigue teniendo un especial interés en resaltar la belleza de la “mirada” para lo que ha recurrido a la aplicación de cuidados, maquillajes o al decorado de su contorno.
En la actualidad gozamos de más años de vida que hace solo unas décadas. Pero el tiempo conquistado va dejando una huella indeleble en nuestro rostro, especialmente en nuestros ojos, transmisores fieles de todo aquello que llevamos dentro. Año tras año se muestran más envejecidos, cansados o con aspecto enfermizo de manera que dejamos de identificarlos como nuestros.
La piel que rodea los ojos es cinco veces más fina que la del resto de la cara y goza de gran elasticidad y capacidad de movimiento. El estrés, la mala alimentación, ambientes congestionados, poco descanso, uso excesivo de pantallas…, fomentan la aparición de arrugas, bolsas, flacidez, exceso de piel… Estos síntomas aparecen normalmente a partir de los cuarenta años, aunque pueden darse en personas jóvenes.
ALTERACIONES ESTÉTICAS DE LOS PÁRPADOS
Podemos encontrar varios tipos de problemas de carácter estético: arrugas y flacidez en la piel, bolsas de grasa, alteraciones de la musculatura y la posición inadecuada del borde palpebral inferior o del canto externo de los párpados.
Arrugas y patas de gallo
Las ARRUGAS en el extremo externo de los ojos, conocidas como patas de gallo, junto con la caída de la cola de la ceja, son de los primeros signos de envejecimiento. Posteriormente y debido al aumento de flacidez, las arrugas son más visibles en el párpado inferior, mientras que la piel se acumula de forma más ostensible en el superior. El resultado es un aspecto avejentado de los ojos y del rostro en su conjunto.
Bolsas en los ojos
Las BOLSAS:por detrás y rodeando al ojo, como si fuera un cojín, existe un volumen de grasa que sirve de amortiguador al globo ocular. En los párpados, una membrana fibrosa se encarga de mantenerla en su sitio evitando que empuje y se proyecte hacia afuera. Cuando la grasa se edematiza, (se hincha de líquido), hace presión sobre esta capa fibrosa, se hernia y aparecen las bolsas en la parte inferior y superior de los párpados; surgen con la edad, aunque pueden aparecer incluso en jóvenes por factores hereditarios o patologías.
Párpados caídos
Las ALTERACIONES DE LA MUSCULATURA ORBITARIA,menos frecuentes, pueden afectar al músculo orbicular o al elevador del párpado superior. En este último caso se producirá la caída del párpado (ptosis) de uno o de los dos ojos y transmitirá la sensación de somnolencia. El tratamiento de la laxitud del orbicular es quirúrgico mientras que utilizaremos toxina botulínica cuando hay excesiva contracción.
El CANTO EXTERNO DE LOS PÁRPADOS: con la edad el ligamento cantal externo se relaja, cede a la tensión del músculo orbicular y a los efectos de la gravedad, desplazándose hacia abajo y hacia adentro. Esta caída del canto disminuye el ancho del ojo y aumenta la curvatura del borde palpebral inferior, proporcionando un aspecto triste al mismo.
BLEFAROPLASTIA: CIRUGÍA DE LA MIRADA
El deseo de rejuvenecer y de quitarse de encima ese aspecto de cansancio, tristeza o enfermedad son las razones principales que llevan al paciente a buscar una solución en la Cirugía Plástica, especialidad que ofrece los tratamientos estéticos y quirúrgicos adecuados.
La Blefaroplastia es la cirugía que corrige estas alteraciones, tanto estéticas como funcionales. Elimina el exceso de piel y de grasa, tensa la musculatura, rellena el surco y mejora la coloración, aportando belleza, naturalidad y expresividad a la mirada y al rostro
El éxito de la blefaroplastia radica en un buen diagnóstico preoperatorio: cada paciente requiere de una cirugía personalizada.
Lo ideal es realizarla cuando aparecen los primeros signos de envejecimiento. Normalmente se trata primero el exceso de piel en el párpado superior; si en los inferiores hay bolsas y no se necesita retirar piel, se realiza una blefaroplastia transconjuntival que no deja ninguna cicatriz visible.
Si además de flacidez y bolsas hay caída de la ceja, puede realizarse la blefaroplastia con un lifting de cejas o, en edades más avanzadas, combinar la operación con un lifting cérvico-facial.
Se emplea anestesia local, con o sin sedación, y de forma ambulatoria. La duración del tratamiento varía dependiendo de las características de la piel y de los cuidados que se le dediquen.
POSTOPERATORIO
Durante los primeros días es normal un ligero malestar, lagrimeo e intolerancia a la luz, e incluso cierta dificultad a la acomodación de la vista. Puede surgir una pasajera dificultad para cerrar completamente los párpados, sobre todo durante el sueño. También puede aparecer hematoma cutáneo o subconjuntival, conjuntivitis y alteraciones en las cicatrices que desaparecen con el tratamiento adecuado.
Los cuidados pre y postoperatorios los recomienda el cirujano, dependen de cada cirugía y son de gran importancia para el buen resultado final.
En fin, la Blefaroplastia rejuvenece el rostro aportando un aspecto renovado, descansado y sano. Manteniendo la autenticidad de su mirada, activa su alegría ante la vida y su optimismo, actitudes positivas que perciben los demás.