Esculpir un rostro humano es el mayor privilegio para un artista. El “material” está vivo, tiene sentimientos, habla… Parece ser que Miguel Ángel, cuando acabó su Moisés, le golpeó con el martillo diciendo: “Parla Mose”. Para él, cada imagen se hallaba idealmente contenida en el bloque de mármol y la misión del escultor era liberarla de la burda materia que la rodeaba.
La Escultura es el Arte de crear y representar formas en tres dimensiones con una finalidad ritual, mágica o figurativa. La técnica permite al escultor modelar, tallar, labrar o fundir los materiales para darles “vida”.
La ESCULTURA O MODELADO FACIAL ofrece un conjunto de tratamientos estéticos y de intervenciones quirúrgicas, que permiten modificar la forma del rostro, equilibrar sus proporciones o corregir las asimetrías para dotarle de mayor belleza y armonía.
El desequilibrio de la forma externa de la cara puede provocar trastornos de la fisiología corporal (dificultades respiratorias, infecciones de las vías aéreas, dolor en las mandíbulas…), de la personalidad (frustración, introversión…) y de las relaciones sociales (incomprensión, aislamiento…), destacando la comunicación no verbal que aporta a los demás la expresión de la cara.
El esqueleto óseo, sostén del resto de los tejidos que se asientan sobre él, es el principal responsable de la forma del rostro y de las prominencias óseas que lo determinan; siempre será, en mayor o menor grado, asimétrico, debido al desigual desarrollo embrionario de cada lado de la cara. Sobre esta estructura ósea se asientan músculos, fascias, glándulas y tejido graso, todo ello envuelto por la piel.
La disposición combinada de todos estos elementos determina que haya o no alteraciones morfológicas.
CUANDO MODELAR UN ROSTRO
Solo debemos modificar un rostro cuando el paciente acude a nuestra consulta insatisfecho con su aspecto, sus quejas son objetivas, sus expectativas realistas y su concepto de belleza coincide con el nuestro, teniendo en cuenta, además, su edad, sexo y raza.
En ocasiones conlleva alteraciones importantes de la propia imagen que pueden ser significativas para el paciente, por lo que es una cirugía recomendada solo para personas sanas de sólido equilibrio psíquico. El cirujano debe informarle exhaustivamente para que asuma la magnitud y repercusiones que el cambio de imagen le pueden ocasionar.
El resultado final de cualquier cirugía debe ofrecer un resultado natural, pasando totalmente inadvertida.
CÓMO IDENTIFICAR LOS DEFECTOS FACIALES
La sensibilidad artística del cirujano, su percepción estética, es imprescindible. Nacemos con un sentido de la armonía y de las proporciones impresas en la Naturaleza, que han sido estudiadas desde la Antigüedad y las determina el Número Áureo o Divina Proporción. Podemos decir que existe un modelo de belleza dado por la Naturaleza.
Lo difícil del diagnóstico es reconocer qué defectos faciales hacen que un rostro no sea atractivo. Deberemos analizar la simetría y las proporciones, y recoger la información que proporcione el paciente: de equilibrio (barba, perilla, bigote), de ocultación (peinado)…
Para estudiar la simetría hacemos una fotografía frontal del rostro; trazamos una línea entre las pupilas o línea interpupilar, que ha de ser horizontal. Dibujamos otra línea media vertical, que irá desde la mitad del entrecejo hasta el mentón, pasando por el filtro labial.

Recortamos la mitad derecha y la izquierda y las duplicamos con sus inversos para construir tres rostros a partir de uno solo: a la derecha, el formado por el lado derecho y su inverso; en el centro, el rostro original; y a la izquierda, el formado por el lado izquierdo y su inverso.

Así podremos asombrarnos de la asimetría de nuestro rostro que nos había pasado desapercibida.
La anchura de la cara se divide en cinco partes iguales. En un rostro equilibrado las líneas verticales y paralelas, pasan por los cantos interno y externo de los ojos y por el borde externo de las orejas (cada parte tiene la anchura de un ojo o de la nariz).

La altura de la cara se divide en tres partes: cuatro líneas horizontales pasan, de arriba abajo, por el nacimiento del pelo (trichion), por el comienzo de las cejas (glabela), por la inserción de la columela nasal (subnasal) y por la parte más baja del mentón. Cada una tiene un significado que percibimos sin darnos cuenta y que nos ayudan a conocer a quienes vemos.

MODELAR UN ROSTRO: ESCULTURA FACIAL.
Primero tendremos que valorar las cualidades del rostro del que partimos y visualizar el resultado que queremos conseguir, modificando los volúmenes y superficies que vienen determinados por líneas, ángulos, luces y sombras.
El análisis de la morfología facial debe hacerse en reposo (estático) y en movimiento (dinámico) y tendremos en cuenta la posición y dimensiones de laFrente, Reborde Orbitario, Cejas, Párpados, Ojos, Nariz, Maxila, Labios, Dientes, Pómulos, Mejillas, Mentón, Mandíbula, Orejas.
Para la valoración de las estructuras faciales y la visualización de posibles implantes, es muy útil el TAC con reconstrucción 3D. Este nos permitirá reproducir en material plástico la mandíbula del paciente sobre la que proyectaremos el implante más adecuado.


La CIRUGÍA PLÁSTICA trata las alteraciones de la compleja arquitectura facial y sus tres tipos de estructuras: de soporte (huesos, cartílagos, músculos y aponeurosis); de relleno (grasa y músculos); y de cobertura (piel y mucosas).
Los tratamientos no quirúrgicos por excelencia son los Implantes inyectables reabsorbibles (ácido hialurónico, ácido poliláctico e hidroxiapatita) y la Ortodoncia.
Dentro de los tratamientos Quirúrgicos, diferenciamos dos tipos: Los de relleno, como losinjertos de grasa (lipoinjerto, microinjerto y nanoinjerto) y los implantes sólidos (silicona sólida, Gore-Tex y Pórex), y aquellos que modifican las formas o la posición de los tejidos, como son las Plastias (Rinoplastia, Mentoplastia, Queiloplastia…), la Cirugía Ortognática y el Lifting cérvicofacial.

La idoneidad y experiencia del cirujano, su concepción tridimensional del rostro y su sensibilidad artística le permitirán tratar las diferentes estructuras faciales, buscando la armonía natural en los resultados, sabiendo que la modificación en una repercutirá en las demás. Esta visión terapéutica y artística del rostro determinará qué técnicas son las más adecuadas para cada paciente.
Ver fotografías de antes y después en fotos de pacientes: Modelado facial (autorizada su publicación)